domingo, 3 de julio de 2011

¡Mátame, por favor!

¡Sírvame otro tequila, por favor!... siempre he querido decir esa frase.

¡Sírvame otro tequila, por favor! Y ya son 12. El próximo es el cabalístico.

Nunca creí que pudiera llegar a ser tan cáustica y tan tóxica. Su cara blanca y su sonrisa pálida (no, no invertí los calificativos) apenas palpitan en mis neuronas. ¡Pero el cuerpo es canijo! Mi cuerpo extraña el suave roce de sus manos y el dulce aroma de su pelo aun persiste en entre mis dedos tibios.

Las manos me tiemblan y la verdad no sé ya lo que hago aquí, solo, en un bar, bebiendo café y fumando un puro. No, el alcohol nunca ha sido lo mío y llevo cinco minutos de abstinencia.

Quizás sea un muerto soñando que estoy vivo y que un día amé. Quizás se parte de la confabulación de una vieja película alemana que vi hace algunos años y realmente yo no exista. Quizás soy un mendigo moribundo agonizando a mitad de la calle, delirando disparates y pensando estupideces. Quizás yo no exista, quizás yo no exista.

¡Cuánta lástima! ¡Sí estoy vivo y no estoy soñando!

Vuelvo de nuevo a la realidad.

Alzo la cabeza y ahí está de nuevo el cantinero sirviéndome el último tequila de la noche. Shit! El bar está a punto de cerrar y los alegatos en mi mente aun no están concluidos. Y como si eso ayudara, me zampo el tequilazo, tomo mi chaqueta y me marcho de aquel lugar.

Afuera un nuevo mundo me depara un destino nuevo, afuera somos otros, afuera somos hienas, y perros, y coyotes. Afuera vuelvo a ser el voyerista y tú la actriz. Afuera somos como focas aplaudiendo al sentido amaestrado. Afuera ni Pavlov nos detiene como perros salivando al más puro instinto del hedor y del deseo. Afuera vuelvo a ser el hombre dominado por el lobo, pero esta vez ya no tengo presa. La cacería comienza.

Abro los ojos y desde aquí veo la salida sobre la roja alfombra mojada de alcohol. Mi manía por ver el suelo de cerca nunca falla, pero esta vez es a causa del alcohol.

Hoy vomitaré mi rencor sobre tu fotografía y mañana, mañana la resaca borrará el dolor que hay en mi pecho. Me pondré bien, de eso estoy seguro.

Lo mejor es que mañana una nueva borrachera saciará mi sed y una nueva puta saciará mi hambre.